Cultura de la legalidad, democracia y derechos humanos: algunas claves del estado constitucional

Resumen

La cultura de la legalidad tiene un vínculo sumamente importante tanto con la democracia como con los derechos humanos. Lo anterior es así porque, por un lado, sólo a través de una cultura de la legalidad consistente, robusta y coherente es posible maximizar y potencializar todas las bondades de los sistemas democráticos, empezando por el cumplimiento efectivo de la ley –que habrá de tener un influjo muy marcado en la vida pública, objetivo elemental de la democracia–. Desde otro ángulo, la cultura de la legalidad impacta en un tema fundamental como es la efectividad y la eficacia de los derechos humanos, tomando en consideración que estos deben reflejarse en normas jurídicas para su materialización en la realidad social. Por ello es que en este trabajo se pasa revista a estos lazos y puentes de entendimiento, lo cual también se analiza a la luz del impacto que los constructos mencionados con anterioridad tienen tanto en el Estado de Derecho como en el Estado constitucional de Derecho, en los cuales es básico observar la legalidad, la constitucionalidad, los derechos y las libertades como ejes y vectores transversales de todo este edificio jurídico, político y epistemológico. El Estado constitucional, efectivamente, en su conjunción con la democracia, deben hacer valer la idea de la dignidad humana como punto medular de la vida en sociedad y de un adecuado trazo de los proyectos vitales considerados en su individualidad.